La Unión es Fuerza
Octava Compañía de Bomberos de Santiago
Bellavista Nº 594, Recoleta
web@octavabomberos.cl – Fono: 227374843
Siendo las 19:30 horas, se da comienzo a la romería encabezada por nuestros oficiales de compañía Director y Teniente 1°, Señores Cristian Aracena A. y Benjamin Bravo R., los cuales son acompañados por 12 voluntarios que se trasladan en las piezas de material mayor a calle Alonso Ovalle con San Diego, lugar del incendio donde cayó mal herido nuestro voluntario mártir. Luego, la delegación se dirige al frontis del cuartel Octava, donde se encuentra memorial en honor a nuestros mártires. En ambos lugares se depositan ofrendas florales, siendo acompañado por un minuto de silencio y 8 campanazos realizados desde su domicilio por el Voluntario Honorario Sergio Cuevas, en memoria del Voluntario Enrique Fredes Zúñiga (Q.E.P.D), muerto en acto de servicio un 4 de julio.
La romería fue transmitida vía telemática, seguida por 18 Voluntarios conectados, rindiendo a la distancia honores a nuestro voluntario caído en acto de servicio.
Han transcurrido 106 años desde que nuestro mártir entregó su vida por ayudar a sus semejantes, hecho heroico y sin precedentes, que sin duda enaltece el alma de bombero voluntario, que sigue la senda de servicio y sacrificio señalada por este hombre, que por querer servir al hermano en desgracia inmolo su más prestigiado valor, su vida, hecho que solo indica su más alta vocación de servicio, y que nuestra compañía así ha entendido, y ha seguido con los mismos bríos que ha dejado este noble servidor.
Enrique Fredes, primer mártir de la Octava Compañía y la octava víctima del deber en Cuerpo de Bomberos de Santiago, un nombre más a la lista de los bomberos caídos en el cumplimiento del deber habría de ser agregado el año 1915. En el incendio ocurrido en la madrugada del día 02 de julio de dicho año, en la primera cuadra de la calle San Diego, el voluntario de la 8va compañía Enrique Fredes, en momentos que trabajaba con mayor decisión, recibió heridas de tal gravedad, que le causarían la muerte el día 4 del mismo mes.
La muerte sorprendió al voluntario Fredes en la plenitud de la vida y arrebatada a un hombre de trabajo, de profesión sastre, padre de 4 hijos, un entusiasta y abnegado que había vestido la cotona después de haber servido en otras instituciones bomberiles de la república.
Llevaba Fredes en su alma el sentido de la abnegación y del altruismo, y para darle expresión había ofrecido de hombre fuerte a las instituciones en que exige sacrificio y hasta renunciamiento de la vida, ha objeto de realizar la tarea señalaba en los cuerpos de bomberos voluntarios donde estuvo. Y todo lo sacrifico en aras de ese sentido, sin reservas, sin pensar en nada que no fuera la satisfacción de darse a sí mismo la sensación del deber cumplido ¡bello ejemplo de un hombre abnegado en una época de egoísmos e incomprensiones!
Como es tradicional cada año es elegido un voluntario de los mas nuevos para que realice una alocución sobre la vida de nuestro voluntario Mártir. En esta oportunidad el privilegio fue ára el Voluntario Activo Don Álvaro Mellado y estas son sus palabras.
Estimado Director Cristian Aracena
Mi capitán Carlos Gaete reyes
Mis oficiales, mis consejeras y consejeros de disciplina, mis miembros honorarios, mis voluntarias y voluntarios:
Junto con saludarlos con un abrazo fraterno, me dirijo a ustedes este día, como ya se nos ha hecho habitual, de abrazos lejanos pero nobles, de saludos virtuales, pero con una sonrisa, debido a la triste pandemia que agobia a nuestro planeta.
Como octava compañía de bomberos de Santiago y a lo largo de nuestra historia, nuestra compañía ha tenido momentos de triunfos y de derrota, momentos de unión y momentos de desacuerdo, pero una cosa que podemos rescatar, es que de esta pandemia nació una nueva octava, una nueva clase de bomberas y bomberos, que ni siquiera un virus letal pudo dominar.
Como voluntario activo, puedo asegurar que nació una compañía que a pesar del grave riesgo que significa concurrir a las emergencias en este estado de catástrofe, del vacío que se experimenta al estar alejado de la familia o no poder realizar las cenas del 8 como una hermandad, no ha dado pie atrás y sigue con el frente en alto, y que de manos de sus oficiales, ha rendido homenaje y cumplido los principios que instauraron todos los voluntarios que han formado parte de esta compañía en estos 157 años historia, y que estoy seguro que están en primera fila del cuartel celestial, observándonos orgullosos de lo que construyeron, de su herencia Octavina.
Hoy, nuevamente, como es habitual de todos los 04 de julio de cada año, nos hemos reunido como hermandad, para rendir honores al primer mártir de nuestra compañía Don Enrique Fredes Zúñiga, un momento para recordar con admiración pero también conciencia, lo acontecido ese 02 de julio de 1915, cuando siendo las 02.00 de la madurada, suena tenaz “la paila”, replicando con fuerza lo que estaba sucediendo en el 2do cuartel, san diego número 75, donde se declara incendio momentos en que nuestro mártir corre raudo hacia el lugar, con el fin de cumplir con el deber como aguerrido Octavino.
Don Enrique Fredes Zúñiga, comienza su vida bomberil en la 1ra Compañía de Bomberos Zapadores de Mariluan, Abnegación, perteneciente al actual Cuerpo de bomberos de Victoria. Siendo fundador y capitán desde su creación el 13 de enero de 1901. Manteniendo el cargo de capitán hasta el 25 de febrero de 1902, siendo teniente 1ro desde el 6 de marzo de 1902 hasta el 23 de julio de
1903, fecha en que realizo su renuncia.
Don Enrique Fredes continúa su vida bomberil en la 2da compañía de bombero “Arturo Prat” de hachas ganchos y escaleras, de Linares, ingresando a esta, el 30 de julio de 1903, hasta el 22 de agosto de 1907. Ocupando cargos desde muy temprano, siendo miembro del consejo de disciplina desde el 10 de octubre de 1903 a 1904. Secretario desde el 30 de marzo de 1904 a 1906. Tuvo una asistencia extraordinaria, con el 100% en los 5 años. Finalmente presenta su renuncia el 16 de agosto de 1907.
El 9 de octubre de 1913 Don Enrique Fredes Zúñiga hace su solicitud de admisión a la Octava Compañía de bomberos, viudo de 39 años y de profesión cortador sastre, con domicilio Jofré 303. Patrocinado por el señor Julio Olguín (Capitán del momento) y posteriormente también lo patrocinaría el señor Salvador Acuña.
El 22 de octubre de 1913 pasa a sesión y se da lectura a la solicitud de don enrique Fredes, destacando sus patrocinantes y sus hojas de servicio en los cuerpos anteriores, destacando los 7 años de servicios y sus buenas asistencias. Siendo aceptado, teniendo el número de registro 132 en la compañía.
La fatídica noche del 02 de julio del año 1915 a las 02.00 de la madrugada se declara la alarma de incendio en el 2do cuartel, donde se lamenta la caída de 3 voluntarios, por el hundimiento de un techo en la parte inferior de la casa, en donde el ego de las llamas no dejaron que los aguerridos Octavinos sofocaran su respiración con la fuerza de sus hachas y fue en donde las vigas ya asechadas y fatigadas por el poder del fuego, terminaron por sucumbir el malogrado techado y a resultado de este 3 voluntarios cayeron . El voluntario Miguel González sufrió un golpe en la pierna derecha, Voluntario Emiliano López resultó ileso, Mientras que Don Enrique Fredes queda en estado grave a causa y por razón de la grave caída del mártir, en donde sus cofrades raudos en su búsqueda lo encontraron tendido en el suelo con su noble hacha sobre su pecho.
A las 4 am es trasladado hacia el hospital San José en donde todos con tristeza, pero esperanza dieron sus mejores alientos
El 3 de julio en la visita encontraron mejor al voluntario, pero no se imaginaban lo que estaba por venir.
A la llegada del 4 de julio, siendo las 17:00 pm la compañía recibe la noticia que los marcaria de por vida. EL voluntario Enrique Fredes Zúñiga a los 41 años perdería la vida. Convirtiéndose en el primer Octavino en perder la vida en acto de servicio y en donde quedaría escrito con el poder del fuego la muerte del primer mártir de nuestra compañía.
El 07 de julio no solo la octava te llora, si no que todo el país se enluta con la partida de un ser de luz que perdió la vida sirviendo.
La historia de don Enrique Fredes Zúñiga y de tantos otros mártires me hace pensar en las razones por las que quise ser bombero y es porque en este tiempo, me he podido percatar que, por más que nos preparamos para combatir el fuego o de labores de rescate, se nos inculca la fuerza del trabajo en equipo, de vivir en comunidad, de terminar convertidos en personas que pueden sobrevivir en un ambiente hostil de tensión constante, de caos, de fracaso y dificultades. He sido testigo de actos de generosidad y de amabilidad sin precedentes, pero también de actos de gracia y coraje a nivel individual, aprendiendo que todo tiene importancia, toda deja una marca, por eso los conmino a que en esta tarea den todo de sí, no todos los días tendremos la oportunidad de salvar la vida de alguien, pero cada día sin duda podemos influir en su vida, somos el inicio que se activa con la sirena.
Solo me resta una reflexión, y es que en nuestra vocación estamos muy expuestos y en este entendido no existe una razón clara para ser bombero, pero ante eso respondo que para serlo no se necesita razón sino corazón.
Y es qué es ser bombero, que simboliza ser Octavino, es el correr al llamado de la sirena que anuncia desastre, es el que se enfrenta al calor sofocante que quita el aliento, es el padre, la madre, el hijo o la hija que pierde momentos con sus seres queridos por devolver seres queridos a otros, es el que deja comidas inconclusas, es alguien que aunque sabe que es imposible siempre quiere llegar antes, es el anticiparse, es y serán los mártires que entregaron sus vidas al servicio del deber, y es que en ellos esta nuestro legado y la luz que guía nuestro quehacer. Porque nada nos obliga, solo el llamado de dolor de los demás.
Nada mas me queda agradecer por darme la oportunidad de dar estas palabras, es grato haber sido parte de este noble día, enaltecer la moral de mis cofrades y mantener viva a nuestra hermosa compañía.
¡Adelante aguerridos Octavinos!
Octava Compañía de Bomberos de Santiago
Bellavista Nº 594, Recoleta
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