Por: Lino Echenique D. Miembro Honorario de la Institución. Voluntario Honorario 8ª.
En el año 1856, donde José Tomás Urmeneta funda la Sociedad de Gas de Santiago, organismos que iluminaría a nuestra capital mediante gas y cuya inauguración se llevaría a cabo el 17 de septiembre de 1857.
Al finalizar las festividades de las Fiestas Patrias, el Teatro Municipal, iluminado por dentro y por fuera, permitió que los asistentes, al finalizar la función de la ópera “Ernani”, pudieran caminar por las calles de la ciudad, totalmente iluminadas hasta la Plaza de Armas de la capital.
Paralelamente a ello y con visión futurista, el señor Urmeneta concibe la idea de crear con el personal de dicha Sociedad, en su gran mayoría de ascendencia inglesa, una brigada para combatir los posibles siniestros que pudieran sucederse. De esta forma, pasan los años y en compañía de su yerno, don Adolfo Eastman, el 30 de diciembre de 1863, reunidos en los salones de la Sociedad de Gas, la antigua brigada es convertida en Compañía de Bomberos denominada “Compañía Anglo Chilena”.
Sin embargo, esta unidad tuvo una corta vida, ya que al llamado que hiciera don José Luis Claro, después de la catástrofe del Incendio del Templo de la Compañía de Jesús, acaecida el 8 de diciembre de 1863, los señores Urmeneta y Eastman, toman la decisión de integrarse al Cuerpo recién creado, lo que se hace efectivo con fecha 4 de enero de 1864, integrándose al Cuerpo de Bomberos de Santiago como “Compañía de Hachas y Escaleras N°1”. Una y otra cunas de la actual Octava.
Desde aquellos lejanos días, como lo demuestra la historia, nuestra Compañía ha llegado a convertirse en una de las unidades más dinámicas dentro de nuestra Institución. Ha crecido gracias al destacado liderazgo de grandes hombres que han pasado por sus filas, secundados por un grupo de Voluntarios que podrían desear tener cualquier otra Compañía.
Pienso con placer en el rol que desempeñara el personal de la Octava al ayudar a nuestros semejantes a realizar cambios y progresos. Estoy convencido de que el futuro de nuestra Compañía será tan valioso como su pasado. Hay que volcar el corazón en la Octava y llevar la Octava en el corazón.
Se ha hecho mucho, pero queda mucho por hacer para seguir satisfaciendo las necesidades de nuestra comunidad.
Desde aquel lejano 30 de diciembre de 1863, hasta este 30 de diciembre de 2009, han transcurrido 146 años de penas, glorias y alegrías. Hoy estamos contentos celebrando un año más de vida institucional que nos permite estar unidos, Oficiales y Voluntarios, como un todo, en torno a nuestra querida Octava, gozando de la amplia confianza y colaboración de nuestras auoridades.
Nuestra Compañía, remota heredera de una tradición valiosa, seguirá con prestancia aportando su trabajo dentro de nuestra querida Institución, que es el Cuerpo de Bomberos de Santiago, adelantándose en el camino de la modernidad, sin renegar de sus raíces y tradición, y no podrá ahora mantenerse extraña a las tendencias de los nuevos desafíos que nos brinda el futuro al amparo de nuestra lema “La Unión es Fuerza”.-