El pasado 20 de noviembre 2012 hubo actividades de homenaje y recuerdo del Mártir de la Octava Compañía, “La Unión es Fuerza”, del Cuerpo de Bomberos de Santiago, VÍCTOR HENDRYCH HUSAK.
La Compañía, al mando del Capitán Daniel Alarcón, efectuó la tradicional Romería, primero a la tumba familiar del Mártir, en el Cementerio General, y posteriormente a la esquina de Merced con MacIver, lugar donde se produjo el accidente que costó la vida al Bombero Octavino quien era Secretario y Guardián Nocturno de la Compañía al momento de fallecer trágicamente cuando el carro portaescalas se dirigía a un Incendio y colisionó.
En ambos lugares se dejó una Ofrenda Floral, se tocaron ocho campanadas y en la esquina señalada hubo toque de sirenas de las máquinas Q-8, M-8 y RX-8.
El miércoles 21 de noviembre, en el Directorio de la Institución se rindió también homenaje al Mártir VÍCTOR HENDRYCH HUSAK. Hizo uso de la palabra el Intendente General Subrrogante, Emilio Villar, actual Director de la Octava, quien reseñó la vida bomberil del Bombero Mártir y destacó su compromiso de servir “hasta la muerte si fuese necesario”.
Junto a eso, se exhibió un video con un extracto de una entrevista al Voluntario Insigne de la 8ª Compañía y ex Comandante, Eduardo Kaimalis, quien hizo un relato del accidente donde murió VÍCTOR HENDRYCH HUSAK. El material fue preparado por el Voluntario Honorario, Carlos Gaete.
Son las formas que tiene la Octava de recordar permanentemente a sus Mártires, VÍCTOR HENDRYCH HUSAK y ENRIQUE FREDES ZÚÑIGA, quienes dieron su vida por servir a la comunidad y cumplir con honor su compromiso con el Cuerpo de Bomberos de Santiago.
A continuación se presenta el discurso leído por la Voluntaria Ingrid Schmidt en la Romería del 20 de noviembre:
Señor Capitán, Oficiales de Compañía, Voluntarios y Voluntarias.
Hay desgracias que conmueven hondamente nuestros corazones, nuestra alma se sobrecoge, nos llenamos de impotencia, y un grito adolorido de protesta salta desde muy dentro, más aún cuando esta involucra a uno de los nuestros.
Hoy tendré el honor de conmemorar y honrar la vida de nuestro cófrade, que con mucho valor, entusiasmo y fortaleza, formó parte de estas filas, que hoy le rinden homenaje.
Hace ya un par de meses que pertenezco a las filas de nuestra amada Compañía, no sin haber recorrido un largo camino que no ha estado exento de dificultades, que sin lugar a dudas ha sido resguardado por tu más profundo amparo.
Víctor Hendrych Husak, el nombre que resuena como un eco eterno en todo el Cuartel; el guía de nuestros pasos, y en especial el guardián de tu más preciada casa, la Guardia Nocturna, y es tu nombre el que esta lleva gallarda en cada emergencia que atiende a horas de la madrugada.
Se me hace difícil redactar este homenaje, al esbozar en mi memoria la terrible tragedia que aconteció ya hace 79 años a nuestra Compañía, donde nuestro compañero y camarada de ideales, vio terminada su más honorable labor, servir.
Es de madrugada, cuando se oyen distantes las llamadas de emergencia. El siniestro de la calle San Francisco con Diez de Julio moviliza al Material Mayor de la Octava. Al carro portaescalas suben afanosos los guardianes con el anhelo de ir a cumplir su deber y lucir honrados el ocho, símbolo querido y anhelado.
El portaescalas Octava Compañía se dirige al lugar, Mac-Iver con Merced serán las testigos de un impredecible acontecimiento, un trole y nuestra máquina los protagonistas.
Son las cinco y unos minutos de la madrugada, cuando a lo lejos se escucha el sonar del teléfono, como prediciendo el terrible desenlace; es la esposa del Cuartelero, que sollozando, da aviso de un grave accidente donde se ve involucrado el carro portaescalas de la Octava.
“Hay varios heridos de la Octava, algunos graves y un muerto”, esboza una voz endurecida, proveniente de la Asistencia Pública y como si fuese una fantasía, se escucha desde el otro lado. “Un muerto… Víctor Hendrych”.
Camaradas corren para comprobar la temible noticia, no sin perder las esperanzas de encontrar a su compañero con vida, vano error.
A su llegada, se corrobora la temida noticia, el cuerpo de su compañero, yace acostado ya sin aliento.
Dolor, cruel dolor que embarga de congoja y desesperación cada rincón de nuestra Octava, vistiéndola de llanto, por haber perdido al mejor, al más bombero, al más bueno, a nuestro Secretario y más fiel guardián.
Hendrych entregó a su amada Compañía todo su cariño, rectitud, preparación, espíritu de disciplina, caballerosidad y constancia ejemplar, lo que lo llevó a ocupar al poco tiempo de su ingreso, un cargo dentro de esta, su casa, el de Secretario de Compañía, que lo acompañó hasta su último aliento en la guardia terrenal.
Víctor, tus camaradas te buscaron afanosos por cada rincón de esta, tu casa, buscando encontrar en ellos tus hábitos, dichos y desbordes de juventud. Hoy, seguimos encontrándote no solo en cada rincón, sino también en cada emergencia que debemos acudir, ya que desde aquel 20 de noviembre de 1933, sabemos que tú fuiste, eres y serás una nueva luz, brillante y luminosa que junto a Enrique guían y cuidan nuestra sacrificada labor.
Descansa en paz querido cófrade, que tu recuerdo señala a los octavinos el camino de sacrificios, y a veces heroísmo, que el bombero debe atravesar en pos de cumplir esta noble misión, que un espíritu noble como el tuyo nos impulsa a seguir, dejándonos una llamada de coraje que nos anima día a día a seguir cumpliendo el legado que un día tú comenzaste a escribir.
Muchas Gracias
Stgo.20 Noviembre 2012
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