En horas de la tarde del sábado 23 de enero fue despachado un 10-0/1 a San Francisco y Franklin, en la zona sur de la capital. Por estar recibiendo innumerables llamadas, la Central de Alarmas del CBS procedió a despachar más material de agua y escalas. A los pocos minutos se daba la Alarma de Incendio.

Se trataba de un negocio y bodega de la empresa Fruna que ardía violentamente, copando las llamas toda la esquina de las calles señaladas y con alto peligro de propagación. La intensidad del siniestro llevó a que en pocos minutos se diera la Segunda y Tercera Alarma de Incendio. Finalmente, y debido a la propagación que había que detener, amplitud de la estructura, poder contar con más máquinas de agua, escalas y rescate, se procedió a dar la Cuarta Alarma de Incendio, algo que no sucedía hace bastante tiempo en el CBS.

 

Al lugar, junto a otras Compañías, fueron despachadas las máquinas Q-8 y RX-8. Había que realizar trabajo de escalas, abrir paso al agua, destechar e instalar un puesto fijo de rescate. Una treintena de miembros de la Octava Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago trabajó varias horas en el lugar, al mando del Capitán, Daniel Alarcón.

Se hicieron varias armadas de escalas por el frontis de San Francisco, permitiendo la llegada al techo de la construcción y el avance de pitones de unidades de agua. En el techo siniestrado se trabajó con escalas de techo de 4 y seis metros, hachas y ganchos, logrando ventilar, permitiendo el arrojo de agua, deteniendo el avance de las llamas y luego buscando focos que extinguir. Hubo que utilizar escalas de 7 metros 50 y en algunos lugares hacer un semi acolchado con escalas de techo de 4 metros para alcanzar el techo de la estructura. Los octavinos, junto a personal de la Séptima y Decimosegunda Compañías, trabajaron encima de vigas, escombros y techumbre.

También la Octava, en pleno desarrollo del siniestro, efectuó trabajo en la parte del negocio de Fruna, en el primer piso, abriendo “cielo” y techo para permitir el accionar de Compañías de agua y deteniendo por allí la propagación. Fue un trabajo arduo. En un momento, los octavinos hicieron un trabajo coordinado con pitoneros de la Décima, logrando sofocar llamas y asegurar esa zona.

La remoción en la techumbre y luego la retirada de material requirió también de la audacia y profesionalismo de los octavinos.-

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