Por: Macarena Gálvez Foullioux. Vol. 8ª CBS.-
Señor Director, Capitán, Oficiales, Voluntarias, Voluntarios y Brigada Juvenil:
Jamás pensé estar frente a ustedes expresando mi sentir por el fallecimiento de uno de los nuestros.
Hace algunos años ingresé por vez primera a esta noble Institución como Brigadier, con temor, incertidumbre a lo desconocido, en mi fuero interno sólo estaba el deseo de llegar a ser Voluntaria de la Octava. Gracias a mis instructores y sus enseñanzas impartidas en la que inculcaron en mí el amor al género humano, es que hoy dos palabras están internalizadas en mi fuero interno: abnegación y entrega.
Es por esto que quiero, a través de estas palabras sencillas, pero que fluyen desde lo más profundo de mi corazón , como una novel Voluntaria de la Gloriosa Octava Compañía, en vías de aprender día a día la entrega generosa al que lo necesita, rendir un homenaje a unos de nuestros Mártires: don Víctor Hendrych Husack, quien falleció en acto de servicio el 20 de Noviembre de 1933.
Entregar la vida para un Voluntario y hacerlo en Acto de Servicio, es tal vez la muerte más hermosa que un ser humano pueda tener, es esa muerte inesperada que llega sin aviso y cuando nos toca, nos entregamos a ella porque así lo hemos aprendido y decidido.
Don Víctor Hendrych partió por lo que amaba sirviendo a su Octava Compañía en el mandato más noble que le fue impartido, ayudar sin esperar nada a cambio, entregarse en cuerpo y alma por lo que siempre luchó con abnegación y entrega al prójimo, que llevaba a fuego grabado en su generoso corazón.
Podríamos decir de don Víctor Hendrych que es un héroe, tal vez esta palabra no le habría gustado mucho, dada su sencillez, pero los héroes anónimos como él, aquel héroe que sólo lo conocen los que lo rodean pero que lo dignifican en toda su dimensión, es verdadero. Es palpable, como don Víctor, hombre de pecho henchido de amor y entrega, bombero del alma, bombero a carta cabal. Valeroso hombre, sacrificado y orgulloso de salvar vidas humanas, hasta perder la propia. Siempre sintió la dicha del deber realizado sin importarle cuanto sacrificio estaba involucrado en ello, sólo sus labios esbozaban la sonrisa satisfecha de haber cumplido, es la sonrisa hermosa que se dibuja también en nuestros rostros cuando la misión ha terminado, no importa cuanto duró, no importa cuantos injustamente nos agredieron, pero nuestras manos están ahí para extenderlas nuevamente, no importa a quien, tan sólo podríamos decir que como Don Víctor Hendrych elevamos nuestra mirada hacia lo alto y ya se siente la paz en el corazón.
Gracias don Víctor por dejar un gran legado a nuestra Octava Compañía, por motivar con sus valerosos actos a cada uno de nosotros.
Hoy tengo el honor de leer estas palabras en su memoria, a medida que las recorro se acrecienta en mí el infinito anhelo de ser cada día mejor y entregar mi vida si fuese necesario a esta gran Institución, formadora de tantos seres llenos de abnegación y entrega.
Para finalizar estas palabras, podría decirle que cuando usted nos dejó, el cielo se vistió de gala, el hacha que es nuestro símbolo le abrió el camino haciendo surcos para que llegara más rápido y la escala se extendió hasta alcanzar la gloria eterna para que usted subiera y desde lo alto pudiera decir con orgullo, Misión Cumplida, cuando ese aciago día 20 de Noviembre, entregó su vida en pos de un ideal, ese ideal quijotesco pero real, para muchos inexplicable. Pero usted don Víctor, es la prueba tangible de que el verdadero bombero nace, no se hace. Ser bombero de los grandes, como usted, es el baluarte que nos guía y la esperanza que nos acerca a diario a hacer de nuestra Octava Compañía la Institución que siempre quisieron tantos Mártires como usted, que dejaron un gran legado a todos los aguerridos camaradas que hoy conforman sus filas.
Muchas gracias.-
(Palabras de la Voluntaria Macarena Gálvez, leídas frente a la tumba del Mártir Víctor Hendrych Husak, en el Cementerio General, durante la Romería realizada en su honor por la Octava Compañía, “La Unión es Fuerza”, del Cuerpo de Bomberos de Santiago, el domingo 20 de noviembre de 2011).-
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