La Unión es Fuerza
Octava Compañía de Bomberos de Santiago
Bellavista Nº 594, Recoleta
web@octavabomberos.cl – Fono: 227374843
En la madrugada del 5 de abril de 2025, el cuartel de la Octava Compañía amaneció con un silencio diferente. Uno que no era de rutina ni de espera. La guardia nocturna, silente…
Esa mañana, Luis Vergara Valdés ya no estaba. Su partida marca el final de una vida que, durante décadas, se tejió entre motores, sirenas y compañerismo. No es fácil contar la historia de alguien que no buscó protagonismo, pero que dejó una huella imborrable, siendo entonces protagonista de nuestros caminos.
No es fácil, pero aún así, lo intentaremos.
Luis ingresó como voluntario el 23 de diciembre de 1970. Tenía 19 años. El mundo era otro, y el cuartel también. Pero desde entonces —con pausas, retornos, sanciones, aprendizajes—, fue parte del paisaje humano que sostiene la institución. Sirvió durante 40 años y 9 meses, un número que impresiona menos, que los gestos cotidianos que lo componen. Durante años fue maquinista, posición clave y a veces poco visible. Cuanta equivocación en ello: Luis sabía que las máquinas debían estar listas antes que los aplausos, y eso le bastaba.
Fue también formador de nuevos conductores, parte de comisiones internas, apoyo permanente en la mantención de equipos. La hoja de vida habla de más de 3.000 listas sobrantes, esas horas extra que nadie le pidió y que hablan del compromiso gigante que cada voluntario tiene para con la Octava. Su premio por los 40 años de servicio no es solo un reconocimiento institucional: es el resumen de una vida dedicada a estar, para su comunidad y su querida Octava.
Quienes lo conocieron de cerca hablan de una personalidad sencilla, directa, siempre dispuesta. A veces no decía mucho, pero su presencia era suficiente. Participaba: actividades técnicas, celebraciones, capacitaciones. Fue siempre , un pilar atento.
Luis no fue perfecto, como muchos de los que visten el 8 y eso también lo hace más real. Su trayectoria tuvo pausas, momentos difíciles, tiempos de distanciamiento. Pero lo que queda es su capacidad de volver, de recuperar el rumbo, de aportar hasta el último día. No hizo de su vida una vitrina; hizo de su compromiso una constante.
Nuestra Octava pierde a un compañero, pero también gana una historia que contar. Recuerdos y risas de sobremesa en su memoria, como los grandes en los salones de los caballeros antiguos.
Su familia pierde a un padre, un abuelo, un hermano; nosotros, a uno de los nuestros. Y en este oficio, donde las despedidas a veces son parte del trabajo, hay partidas que calan distinto. Esta es una de ellas.
Hoy, cuando pasamos frente a las máquinas, nuevas y diferentes a las que El conducía, sabemos que muchas veces pudimos estar listos para el servicio porque Luis pasó por ahí antes que todos. Que hay voluntarios que aprendieron de él sin que él lo supiera. Que hay risas que aún flotan en la sala de máquinas ,porque él las provocó. Y que hay, sobre todo, un recuerdo que nos acompañará hasta que nos toque partir también de nuestra querida Octava.
A su familia, gracias por haber compartido con nosotros a Luis durante tantos años. A él, nuestro respeto y nuestro recuerdo. Solo queremos dejar nuestra promesa a fuego: que su nombre seguirá apareciendo en las conversaciones de pasillo, en las anécdotas de guardia, en el Lino Echeñique y en la forma en que enseñamos a los nuevos a estar aquí, con responsabilidad y con afecto.
Luis Vergara Valdés. Voluntario honorario. Maquinista. Compañero. “Chiquitito”.
Gracias.
Octava Compañía de Bomberos de Santiago
Bellavista Nº 594, Recoleta
web@octavabomberos.cl – Fono: 227374843