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Cuerpo de Bomberos de Santiago

OCTAVA COMPAÑÍA

La Unión es Fuerza

A 40 AÑOS DEL MARTIR EDUARDO RIVAS MELO (Q.E.P.D.) Y DEL INCENDIO EN LA TORRE SANTA MARIA

A 40 años de la tragedia qué cambió la forma de enfrentar los incendios en altura. El lamentable fallecimiento del mártir Eduardo Rivas Melo, voluntario activo de la Decimotercera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago, dejó grandes aprendizajes para la institución.

La Torre Santa María es un rascacielos ubicado en los faldeos del cerro San Cristóbal, cerca de la Avenida Santa María en la comuna de Providencia, en la ciudad de Santiago, la capital de Chile.  Es un referente en la arquitectura chilena. Su imponente construcción vanguardista de plantas libres, estructura a la vista modulada y acristalada realzan la verticalidad de sus cuatro caras por la repetición de elementos de hormigón y un espejo de agua que la rodea Inspirada en las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio (1973-2001) de los Estados Unidos, inició su construcción en 1978, siendo inaugurada en 1980, y tuvo el título del edificio más alto de Chile durante 14 años, hasta la construcción de la Torre de la Industria en 1994. Durante la construcción e instalación de los vidrios de la fachada, los fabricantes de dicho material (PPG Industries) tuvieron que viajar desde Estados Unidos a Chile para capacitar a los obreros respecto de su instalación.

El proyecto original consideraba dos torres gemelas de oficinas, pero sólo se edificó ésta, de 110 metros de altura, con 32 pisos de planta libre, salidas de escape a escaleras internas, un sistema de alerta contra incendio de última generación, siendo la segunda torre postergada indefinidamente debido a la crisis económica en Chile de 1982. La segunda torre fue construida desde 2014 bajo el nombre de Nueva Santa María e inaugurada en 2017, aunque con características diferentes a la de la torre original.

Sábado 21 de marzo de 1981, a eso de la 10 :13 horas, se desató la tragedia, en el lado sur del duodécimo piso de la entonces más alta torre de Santiago. Se declaró un incendio sin precedentes, originado por la inflamación de los gases emanados del pegamento utilizado para instalar unas alfombras producto de la incandescencia provocada por un cigarrillo mal apagado. El incendio dejó un total de 11 muertos, entre ellos el joven voluntario activo de la 13.ª Compañía de Bomberos, Bomba Providencia, Sr. Eduardo Rivas Melo (Q.E.P.D.) quien fue hallado junto a tres personas al interior de uno de los ascensores, detenido a medio piso, falleciendo preliminarmente por asfixia.

La Octava Compañía asistió a este incendio con sus dos máquinas Q8 y M8, a cargo de los Voluntarios Gustavo Alfaro Fuentes (Q.E.P.D.) y Juan Pizarro Donoso respectivamente, siendo de las primeras máquinas que llegaron al incendio.

La M8 armó inmediatamente por el lado Nor Poniente de la torre, atacando el incendio con su pitón durante todo el incendio a cargo del Voluntario Gustavo Alfaro Fuentes (Q.E.P.D.), el  hermano del Voluntario Honorario Guillermo Alfaro Fuente, en primera instancia asistió la Guardia Nocturna, sumándose los demás Voluntarios acorde iban pasando los minutos. Dentro de las primeras y principales funciones se encontraba el rescate de personas atrapadas en los asesores de la torre, así mismo, debido a la cantidad de gente, muchos de ellos fueron evacuados desde el helipuerto del edificio hasta los jardines del Hotel Sheraton, incluyendo a los Voluntarios que estuvieron cumpliendo la misión de evacuación.

En aquellos tiempos el uniforme que utilizaba bomberos para el combate de estos siniestros era: botas de goma, pantalones de mezclilla, cotona de cuero con botones, una toalla al cuello (ésta era humedecida para poder avanzar entre el humo) y un casco marca MSA (en su mayoría). Eran muy escasos los revolucionarios equipos de respiración autocontenido. Se lograron salvar 29 vidas, entre la labor de salvataje de bomberos y helicópteros de las fuerzas de orden, los que utilizaron como improvisado helipuerto los jardines del Hotel Sheraton San Cristóbal, colindante al sitio de la tragedia.

Producto del siniestro surgieron nuevas necesidades en el Cuerpo de Bomberos de Santiago, puesto que fue el primer incendio de gran importancia en altura. Se generó una campaña ciudadana para la adquisición de nuevo material mayor con tecnología de altura. Como entonces no existía una normativa que regulara la construcción en altura en Chile, ni mayor normativa respecto de la protección contra incendios y sus consecuencias, esta tragedia obligó a la entrada en vigencia de la ordenanza correspondiente. Se prohibió a partir de dicho incendio el uso de ascensores durante el desarrollo de un desastre de ese tipo, puesto que en este caso en particular los ascensores detuvieron su marcha de forma inesperada, dejando como saldo en su interior siete víctimas fatales. Las puertas de escape del piso donde se inició el incendio fueron dejadas abiertas producto de los trabajos que se realizaban y la evaluación del personal que ocupaba dicha planta, dejando como saldo tres víctimas fatales. Finalmente, el detalle del espejo de agua que rodeaba la estructura no permitió el ángulo correcto para alcanzar los pisos siniestrados y también así el poder rescatar a las personas que se encontraban en las ventanas, dejando como saldo una víctima fatal que saltó al vacío. Muertes ocurridas en la torre Santa María. La efímera vida de quien alcanzó la eternidad. VOLUNTARIO, SR. EDUARDO RIVAS MELO. Nació en Santiago el 28 de junio de 1957. Cursó sus estudios secundarios en el Liceo José Victorino Lastarria en la comuna de Providencia. Tentado por el servicio que daba la Compañía, se acercó al cuartel. Ingresó a la Brigada Juvenil el 4 de noviembre de 1973 y el 14 de marzo de 1975 entró como voluntario a su querida Trece. Su gran responsabilidad le permitió cumplir con su familia a su cargo y con el reglamento de su Compañía que juró acatar.

Estudiaba Auditoría contable en la Universidad de Chile y trabajaba en una institución bancaria.

Aquel sábado 21 de marzo de 1981, a las 10:15 horas, se daba la alarma de incendio en Avda. Santa María y Pedro de Valdivia Norte, 6° Cuartel. Siete trecerinos tripularon la Berliet. Ardía la Torre Santa María. La columna de humo era visible a gran distancia. Violentas lenguas de fuego consumían los pisos superiores de su alta estructura, luciendo espectacular en la brillante mañana primaveral. Incendio cruento, de proporciones, con víctimas fatales producto de la inicial desesperación.

Se trabajó arduamente, por largo tiempo, en altura. Al terminar su labor formó la Compañía para pasar lista. Faltaba Lalo. Había muerto asfixiado en el interior de la Torre.  Cuarto mártir Trecerino y trigésimo quinto del Cuerpo de Bomberos de Santiago. Sus restos fueron trasladados al cuartel de Eliodoro Yáñez y posteriormente al Cuartel General. Sus funerales se efectuaron el 23 de marzo en el Cementerio Católico. Estaba por cumplir 24 años.

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