La Octava y el rito democrático del 8 de diciembre.

Hay tradiciones que no necesitan estridencia para sostener la vida de una institución. En la Octava Compañía, la elección de oficiales —celebrada cada 8 de diciembre— es una de ellas. Es un rito sencillo en apariencia, pero cargado de ese peso que solo adquieren las prácticas con memoria, aquellas que se heredan más que se explican.

A lo largo de los últimos años, la Compañía ha construido una consistencia que se siente. No es solo el orden del cuartel ni la prolijidad de cada servicio: es un ánimo compartido, un espíritu enaltecido que nace del trabajo cotidiano de nuestros oficiales, voluntarios y brigadieres. Esa constancia —silenciosa, persistente— ha ido moldeando una cultura interna reconocible en cada pasillo, en cada reunión, en cada salida. La elección de este 8 de diciembre no hizo más que refrendar ese avance: confirmar que la dirección colectiva ha sido firme, honesta y bien encaminada.

Este año, como cada año, la Compañía volvió a reunirse en Sala para ejercer un gesto tan antiguo como fundamental: votar. No se trata solo de escoger nombres; se trata de reafirmar una forma de convivencia, de recordar que la autoridad aquí no se imparte, sino que se elige. Que el mando nace del colectivo, de una confianza depositada en público, frente a pares que conocen la historia, las virtudes y las oportunidades de cada uno.

La palabra cargo —del latín carricare, cargar o llevar sobre sí— no es casual. En la Octava, el cargo no designa un privilegio, sino un peso compartido: la responsabilidad de sostener a la Compañía, de representar su carácter y cuidar su proyección. Un cargo es, en esencia, un acto de servicio. Y cada oficial lo asume sabiendo que lo que recibe no es un título, sino una tarea.

Los resultados de la votación consagraron a la Oficialidad 2025–2026, encabezada por el Director Jorge Abadía Lanata y el Capitán Luis Salinas Contreras, junto a un cuerpo de oficiales cuya diversidad refleja la fortaleza de la Octava. Distintas trayectorias, distintas generaciones, distintas miradas: una combinación que permite pensar y actuar con profundidad y perspectiva.

¿Quiénes son nuestros oficiales electos para el período 2025–2026?:

Oficialidad 2025–2026

Director
• Jorge Abadía Lanata

Capitán
• Luis Salinas Contreras

Tenientes
• Jorge Ortiz Cotal — Teniente Primero
• Sebastián Saavedra Álvarez — Teniente Segundo
• Macarena Fouilloux Galvez — Teniente Tercero

Ayudantes
• Carlos Llanos Díaz — Ayudante Primero
• Jesús Orellana García — Ayudante Segundo

Maquinista
• Joaquín Reyes Cornejo

Intendente
• Jorge Montañares Contreras

Secretario
• Sebastián Michaud Oliveros

Tesorero
• Cristian Nuñez Rosales

Consejeros de Disciplina
• Daniel Alarcón Parker
• Julio Bravo Becerra
• Oscar Gumera Ponce
• Ramón Fernández de la Fuente
• Vilma Fernández Leal
• Nibaldo Alvarado Cornejo

Cirujanos de Compañía
• Dr. Rodrigo Fernández Rebolledo
• Dra. Marcela Díaz Caamaño
• Dr. Iván Pavéz Viera

Pero el rito no termina ahí. Después de la última votación, cuando la Sala queda en silencio por un instante, viene el otro acto fundante: el almuerzo del 8 de diciembre.

Las imágenes lo dicen sin necesidad de pie de foto: mesas largas, manteles dispares pero familiares, voluntarios de distintas edades compartiendo platos simples y conversación honesta. Hay chaquetas colgadas en las sillas, uniformes oscuros que se confunden entre el ruido de los cubiertos y el rumor de un brindis espontáneo. No es un banquete —no pretende serlo—. Es un gesto de comunidad. Un recordatorio de que la Compañía no solo se sostiene en emergencias, sino también en estos momentos de pausa donde se reconoce al otro fuera del casco y del número de radio.

Quizás ahí radica el verdadero carácter de la Octava: en equilibrar la formalidad de la Sala con la humanidad del comedor; en la capacidad de un grupo de personas de mantener viva una tradición democrática mientras celebran, con la misma naturalidad, el simple hecho de seguir juntos. A veces algunos están más, otras le ceden el espacio a otros que vienen a relevar ese vínculo eterno que nos une a quienes nos precedieron antes.

En un tiempo donde muchas instituciones parecen extraviadas, esta combinación de voto, servicio y camaradería adquiere un valor inesperadamente actual.

Y la Octava no busca hacer historia. Solo procura honrarla. En los techos, en cada rescate, en la memoria democrática.
Y, a su manera, lo logra cada 8 de diciembre.