La Unión es Fuerza
Octava Compañía de Bomberos de Santiago
Bellavista Nº 594, Recoleta
web@octavabomberos.cl – Fono: 227374843
Mártir Nº 50 del Cuerpo de Bomberos de Santiago
Hay días, momentos, en que el tiempo se detiene dentro de nuestros cuarteles. No por una orden, no por una alarma, sino por una ausencia que pesa más que el ruido de las sirenas.
Ayer fue uno de esos días.
En el combate de un incendio en el centro de Santiago, el Cuerpo de Bomberos perdió a uno de sus hijos: Paul Cristoffer Valenzuela Muñoz, Ayudante Primero de la Sexta Compañía, falleció en acto de servicio. Hoy su nombre queda inscrito, con dolor y honor, como el Mártir número cincuenta de la Institución.
Paul estaba donde el llamado nos lleva a todos: en la primera línea, cumpliendo su deber sin condiciones, sin cálculos, honrando su juramento de ingreso «hasta dar la vida si fuese necesario».
El incendio en el sector de Avenida España con Domeyko lo encontró trabajando junto a sus camaradas, enfrentando el fuego con la disciplina, la entrega y el coraje silencioso que la sociedad muchas veces no ve, pero que vive en cada corazón, en cada salida, en cada turno compartido y alma de todo voluntario. Paul, Ayudante Primero de la Sexta Compañía de Bomberos de Santiago, enfrentaba un llamado riesgoso. Un derrumbe interrumpió brutalmente esa labor. Fue trasladado de urgencia, acompañado por la esperanza de todos. Esa esperanza, finalmente, se transformó en memoria, dolor e incredulidad.
Paul ingresó al Cuerpo de Bomberos de Santiago en junio de 2017. Ocho años de servicio activo y abnegado, que no se miden en cifras ni en registros administrativos, sino en camaradería, en noches sin dormir, en conversaciones extensas en las eternas noches de guardia… y en llamados atendidos sin preguntar jamás a quién se ayuda.
Paul, fue esposo, padre de familia, compañero leal. Y fue, por sobre todo, bombero voluntario de la Sexta Compañía de Bomberos de Santiago. De esos que hacen de la vocación una forma de vida, y del servicio, un compromiso irrenunciable.
Nos duele escribir estas líneas.
Convertirse en mártir no es un reconocimiento buscado. Es una consecuencia dura y definitiva del juramento que se hace una vez que ingresas y se honra todos los días.
Con su partida, Paul se suma a una historia que duele, pero que también sostiene los cimientos morales y vocacionales de nuestra Institución. Cada mártir recuerda que el servicio bomberil se construye con valentía, pero también con sacrificio real, irreversible, humano. Ese que, muchas veces, no se entiende. Que se regaña o que se mira con incredulidad.
Y eso, es lo que hoy nos entrega esta irreversible pérdida, como voluntarios: Sacrificio y cumplimiento al extremo.
Como Octava Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago, hoy nos encontramos de duelo profundo. Nos sentimos golpeados, consternados, devastados. Pero por sobre todo, nos sobreponemos y acompañamos. A nuestros hermanos y hermanas de hachas y escalas de la Sexta Compañía, les extendemos un abrazo fraterno, firme y silencioso. A la familia de Paul, nuestro respeto más absoluto y nuestro acompañamiento sincero en este dolor que no tiene palabras ni consuelo suficiente, ante esta tamaña e irreparable pérdida.
La Octava se cuadra ante tu memoria, Paul.
Guardamos y guardaremos con respeto tu nombre.
Honramos y Honraremos tu entrega.
Y prometemos jamás olvidar que hombres como Tú sostienen, incluso con su vida, el sentido más noble de esta Institución.
Que tu recuerdo sea eterno.
Que tu ejemplo nos guíe.
Que tu memoria nos consuele.
Honor y Gloria a ti, Paul Valenzuela Muñoz.
Octava Compañía de Bomberos de Santiago
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