La Octava Compañía “La Unión es Fuerza” del Cuerpo de Bomberos de Santiago, se hace presente una vez más en la conmemoración de los 99 años del martirologio de su hermana de Canje, Octava Compañía de Bomberos de Valparaíso “Zapadores Franco Chilenos”, al recordar este día volviendo el tiempo atrás y situarse en el día que sucedieron los hechos, realizando una pequeña reseña de lo que enlutó a la compañía y al Cuerpo de Bomberos de Valparaíso.

El jueves 13 de julio de 1922, la Compañía fue citada a Academia teórica en el cuartel para conocer la nueva pieza de material mayor, primer carro automóvil portaescala. Después de la parte teórica proceden a tripular la máquina su Capitán Don Félix López junto a la siguiente tripulación:  Teniente 2° Luis Catalán O., el Ayudante José Bustamante, el Tesorero Luis Mayer, el Secretario Lorenzo Leiva, los bomberos Abraham Jara, Carlos Da Silva, Emilio Villaseca, Eduardo Chandía, Godofredo 2°Leplat, Jose Escobar, Julio Cristi, Enrique Sotta, Julio Acuña Sánchez, Carlos Fernández, Alejandro Vásquez, Pedro Bouchet, Luis Villarroel y Salvador Sepúlveda. El carro era conducido por el cuartelero, Don Manuel Durán. Saliendo del cuartel siendo las 21:45 hrs.  Aproximadamente, se dirigieron por calle Blanco hasta la plazoleta de la Aduana en dirección a los Arsenales de la Armada, continuando por Avda. Altamirano, subiendo por camino del Taqueadero y llegando a la Avda. Playa Ancha sin problema alguno. Pero al tratar de girar para regresar, el vehículo falló, los frenos no respondieron y el motor se sobre revolucionó, dejando al conductor a su merced en la empinada pendiente que hacía que el vehículo tomara cada vez mayor velocidad al volver por Taqueadero, precipitándose en una desenfrenada carrera por esta vía. Fueron inútiles los esfuerzos del conductor por disminuir la velocidad, los frenos fallaron, pues se había cortado el eje de transmisión; sin embargo, el cuartelero intentó virar un poco antes de llegar a la curva sin conseguirlo, pues el pavimento se encontraba húmedo producto de la llovizna caída sobre la ciudad. Al percatarse del inminente choque, algunos voluntarios lograron saltar del vehículo en movimiento, mientras el carro patinaba estrellándose en forma violenta al final de la calle contra una muralla, perteneciente a un edificio de la Armada. Cinco voluntarios y el cuartelero resultaron con diversas lesiones y gemían de dolor.  Por su parte, Julio Acuña Sánchez había fallecido de forma instantánea en aquel lugar al ser aplastado por la pisadera izquierda del pesado vehículo.

VOLUNTARIO DON JULIO ACUÑA SÁNCHEZ.

FIRME MUERTO EN ACTO DEL SERVICIO.